Arte y ornamento (II). Arte hispanomulsumán. España

 

 

Por Susana Benko.

Se ha denominado con el nombre genérico de arte prerrománico a las manifestaciones artísticas producidas entre los años siguientes a la caída del imperio romano y el inicio del arte románico en el siglo XI. En otras palabras, al período que transcurre entre los siglos VI y X, todavía en la etapa denominada Alta Edad Media. No se trata de un estilo artístico definido, sino de una confluencia de culturas variadas que se dieron en ese marco temporal.

Pese a que el arte prerrománico gira en torno a la religión cristiana, se produjo un sincretismo cultural por la integración de las tradiciones y creencias de las tribus invasoras y el cristianismo imperante en las zonas ocupadas. De allí resultaron una gran variedad de artes regionales entre las cuales podemos mencionar el arte ostrogodo en Italia; el arte celta en Inglaterra e Irlanda; el arte carolingio en Francia; el arte otoniano en Alemania y el que nos interesa para este relato: las artes derivadas de la integración con el Islam en España tales como el mozárabe, el taifal, el nazarí, el mudéjar, etc.

Fue una época de guerras e invasiones por parte de pueblos nómadas que se fueron expandiendo por Europa llevando consigo culturas y lenguas variadas: los bárbaros, provenientes de los pueblos germanos —entre ellos teutones, godos, vándalos, sajones, vikingos, etc.— y los hunos de origen asiático. Todos ellos atacando a una población sedentaria predominantemente cristiana dedicada al cultivo o a la vida espiritual en conventos y monasterios. Ello produjo una interesante interacción cultural que dio lugar a estas culturas regionales cuyo conjunto se conoce como prerrománico.

En su proceso de expansión, los musulmanes llegaron en el año 711 a España. Allí se asentaron durante siglos y ostentaron el poder a lo largo de varias dinastías. Estas dinastías variaban según las tribus de origen musulmán que iban llegando. Fueron expulsados en el siglo XV luego de que sostuvieran continuas y cruentas luchas con los cristianos. A partir de entonces se consolidó el cristianismo en España bajo el mando de un poder monárquico.

Se le asigna el calificativo de arte hispanomusulmán al arte islámico que se desarrolla entre los siglos VIII y XV en la región al-Ándalus, nombre que se le da a la España musulmana. Los periodos dependen de las dinastías que ostenten el poder político. La Mezquita de Córdoba, por ejemplo, fue inicialmente, en el año 786, una mezquita. Perteneció al arte emiral o Califato Omeya, la primera dinastía que llegó a España. Durante el dominio musulmán fue ampliada a lo largo de los siglos, hasta que, en 1238, después de la llamada Reconquista, se convirtió en iglesia católica. Uno de sus atractivos es el llamado “Bosque de columnas” cuyos arcos están pintados con franjas que se repiten sistemáticamente y que remiten claramente a la decoración islámica. De pronto, en medio de esta gran cantidad de arcadas, se erige un enorme altar cristiano. Este es tal vez uno de los casos más emblemáticos y sorprendentes de sincretismo cultural.