Corrector y editor de textos, asesor de lenguaje, curador de piezas escritas. Guardián empedernido del lenguaje, cazador oficioso de las erratas, en un mundo tan lleno de ellas.

Licenciado en Letras por la UCV, Alberto perteneció al Grupo Tráfico, junto con su hermano Miguel Márquez, y sus no menos hermanos Yolanda Pantin, Rafael Castillo Zapata, Igor Barreto y Armando Rojas Guardia. Poco después del furor de Tráfico, Alberto da a las prensas su único poemario, Circulación de la sangre (1989), una joya que yo en lo particular les recomiendo leer (está en La Poeteca).

La docencia no le es ajena a Alberto Márquez, y aún hoy se comentan sus recordadas clases en el seminario Aproximación al proceso editorial en la Escuela de Letras de la UCAB (2002-2007), pues pocos conocedores del oficio como él. Corrector de los grandes. Victoria de Stefano sólo le confía sus novelas a él.

En 2018, se encargó del prólogo a la Antología poética de Juan Sánchez Peláez publicada por Visor, España, en alianza con la FCU, porque fue un privilegiado amigo del insigne poeta, quien celebra el centenario de su nacimiento.

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