El Teatro Baralt: primer escenario para el arte abstracto venezolano

 


 

 

Por Susana Benko.

La pasión por el teatro fue tan intensa que Miguel Antonio Baralt decidió en 1840 improvisar un espacio para tal fin en el solar de su casa en Maracaibo. Bajo su techo de enea se escenificaron muchísimas piezas y ello hizo que treinta y siete años después se decretase la construcción del llamado Teatro Baralt. Tres meses después es colocada la primera piedra donde se cruzan las calles Venezuela y Urdaneta, al noroeste de la Plaza Bolívar de Maracaibo.

El proyecto arquitectónico lo realizó el ingeniero cubano Manuel de Obando. Seis años después, en 1883, celebrando los 100 años del natalicio del Libertador, se inaugura el Teatro Baralt. En este lugar se presentaron películas de cine traídas del exterior, así como las locales marabinas, pues se instaló el Vitascopio, invento del norteamericano Thomas Edison, que permitió la realización de esta actividad pionera a partir de 1896.

Años después, bajo el gobierno de Juan Vicente Gómez, se decreta la ampliación y modernización del teatro para producir espectáculos más ambiciosos y tener mayor aforo de público. Para esta nueva edificación el arquitecto asignado fue el belga Leon Jerome Hoet. Casi todo el teatro fue demolido, pero Hoet decidió mantener, en la llamada Sala Baja, la taquilla original, algunos vestigios murales y la distribución espacial en forma de herradura concebida anteriormente por Obando.

El teatro actual data de 1932. Presenta un estilo arquitectónico neoclásico y la Sala Alta o principal presenta una excepcional decoración interior. Destaca en particular el plafond, en cuyo centro se encuentra una enorme lámpara en forma de rosetón, propia del Art Decó. Esta sala tiene particular importancia, además, porque es aquí donde se realizó el primer mural con motivos abstractos a escala monumental. Ello ocurrió en los años treinta, antes del desarrollo del movimiento abstracto que se dio en Venezuela a finales de la década de los cuarenta y principios de los cincuenta.

Antonio Angulo fue el artista zuliano encargado de pintar este plafond que mide 540 metros cuadrados. Para ello compuso múltiples formas geométricas dispuestas dinámicamente por todo el plafond y columnas laterales, combinando en medio de éstas algunas figuras de estilo Art Decó.

Por esta magna obra es que Antonio Angulo es considerado por algunos críticos el primer artista abstracto en la historia del arte del país.