Ana Jacinta Crespo Báez,“Ninón”

 




 

 

Por Susana Benko.

El humorismo ilustrado en Venezuela cuenta con dos artistas pioneras en las primeras décadas del siglo XX: Conny Méndez y Ana Jacinta Crespo Báez, esta última conocida como Ninón. Ambas publicaron sus caricaturas en importantes medios impresos, destacándose por su modernidad y respectivos talentos.

El caso de Ninón es muy particular. Era nieta del general Joaquín Crespo e hija de padres amorosos y atentos a sus virtudes. Su vida transcurrió primero en El Paraíso, donde nació, luego se crió en el Palacio de Miraflores y en la Villa Santa Inés en Caño Amarillo, y tiempo después vivió en “Pimpinela”, su casa en Las Mercedes, rodeada de recuerdos familiares y objetos pertenecientes a las glorias del abuelo.

Luego de dibujar en destacadas revistas del país, Ninón optó por la discreción y el silencio. Sin embargo, señalan diversos investigadores, se trata de la primera caricaturista de Latinoamérica. Con apenas 17 años, dibujó a Luis Razetti para la prestigiosa revista “Billiken” en su edición de 1923. Seguidamente colaboró para la revista “Élite” con una caricatura semanal en la sección llamada “Ellos” y “Ellas”, según el sexo de los personajes retratados. Prosiguió su labor para las revistas “Nos-Otras” y “Perfiles y Hogar”.

Ahora ¿por qué los dibujos de Ninón tenían un distintivo que los hacían excepcionales? En primer término, eran innovadores y de vanguardia, con temas y personajes de la actualidad. Algunos se caracterizaban por la expresión de sus rasgos con la sola línea, sin detalles ni excesos, apenas lo esencial de la persona retratada. Captaban “la sustancia espiritual del individuo”, como escribiera Aquiles Nazoa.

En 1927 expuso caricaturas en el Ateneo de Caracas y obtuvo la atención de Tito Salas, quien la animó a ir a estudiar pintura a España. En 1931 se publicó el libro “Marionetas de Ninón” con textos de Andrés Eloy Blanco y José Ramírez. Pese a estos y otros reconocimientos, no quiso desarrollar su carrera como pintora pues se sentía “académica” frente a los nuevos tiempos. Sin embargo, era una exquisita dibujante de avanzada y, pasados los años, sus criterios seguían siendo novedosos e inteligentes, como el de considerar a la caricatura un acto de “agudeza visual”.

Con excepción de algunas pocas colectivas y la muestra retrospectiva realizada en la Galería Centro de Arte Euroamericano en 1986, poco se sabe realmente de Ninón. Murió en Caracas en 2008 y tenía 102 años.