Museo de Arte Popular de Petare Bárbaro Rivas

 


 

 

Por Álvaro Mata

Emplazado en el caso histórico de Petare, a dos cuadras de la Iglesia Dulce Nombre de Jesús, de las fundaciones Bigott y José Ángel Lamas, y muy cerca del Teatro César Rengifo, se encuentra el Museo de Arte Popular Bárbaro Rivas, poderoso imán cultural que constituye uno de los secretos mejor guardados de la ciudad.

Y es que no podía ser sino en el corazón de esta barriada donde se asentara el principal museo de arte popular del país, dada su larga tradición de genuinos creadores desde hace dos siglos, además de ser el lugar de habitación del genial artista naif Bárbaro Ribas.

El museo tiene su sede en una casa del siglo XVIII que ha sido testigo de importantes acontecimientos: fue sede del Cabildo, casa de residencia del Almirante independentista Lino de Clemente, y en ella también funcionó la escuela de artes y oficios para varones de la zona, entre otros usos. Después de una intensa restauración, el lugar volvió a la vida con todo el encanto de las casonas coloniales, con patio central y ventilados corredores rodeados de plantas, que nos devuelven a una Caracas amable, de vida sencilla, como aquella de los techos rojos.

La institución abrió sus puertas en 1984, y en lo sucesivo no ha hecho sino cimentar sus bases y anclar sus afectos en el corazón de los petareños a través de visitas guiadas, conferencias, conciertos, proyecciones de cine, talleres con los estudiantes de las escuelas cercanas y sus ya clásicos Salón de Pintura Ingenua y la Bienal de Arte Popular.

Seis salas expositivas, 603 obras en su colección, 235 exposiciones, 210 publicaciones entre catálogos, dípticos y guías didácticas, más de 700 mil visitantes. Estos son los números que en 36 años de trabajo sostenido y apasionado ha cosechado el Museo de Arte Popular Bárbaro Rivas, milagro que ha sido posible gracias al amor, la pasión, el profesionalismo y la devoción de sus trabajadores, junto al apoyo incondicional de sus asiduos visitantes.

Acércate al museo y conoce una cara más amable de Petare.

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