Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda
Por Susana Benko.
En 2017 el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza realizó la exposición monográfica “Sonia Delaunay. Arte, diseño y moda”. Fue la primera muestra de envergadura que se realizó en Madrid de esta importante artista francesa de origen ucraniano. Ella es una de las pioneras, junto a Hilma af Klint y Sophie Taueber-Arp, del arte de vanguardia y de las artes aplicadas durante los años iniciales del siglo XX y décadas siguientes.
Se casó con el artista Robert Delaunay en 1910. Trabajaron con mucha afinidad y colaboración. Promovieron el movimiento simultaneísta, término y concepto que tomaron de las investigaciones del químico Eugėne Chevreuil quien formuló en 1839 una teoría sobre los contrastes simultáneos del color. Justamente la relación entre colores contrastados sugiere, desde el punto de vista perceptivo, movilidad en una composición pictórica. Bajo este principio realizaron lo que Guillaume Apollinaire denominó “cubismo órfico”, considerado como una variante cubista pero que en realidad fue un paso importante hacia la abstracción. Cabe señalar que para los esposos Delaunay seguir estos principios en sus pinturas era una manera de estar en consonancia con el dinamismo asociado a la modernidad de la época.
Ahora bien, además de pintar siguiendo las pautas cromáticas simultaneístas, Sonia las aplicó al diseño de textiles, de moda e incluso en objetos. Hizo escenografía para obras de teatro e ilustración. Uno de sus más interesantes trabajos lo realizó en 1914 para una edición especial del conocido poema de Blaise Cendrars, “Prosa del Transiberiano y de la pequeña Juana de Francia”. Sobre esa experiencia, escribió: “encantada por la belleza de este texto, hice la parte coloreada del libro, de dos metros de alto y reproducido en plantilla. Escogí con Cendrars caracteres de dimensiones variadas y de familias diferentes, lo que era una innovación gráfica para la época […] Nosotros estábamos al comienzo de una visión nueva del mundo que, en los dominios plástico y poético, iba a trastornar los conceptos antiguos”. La simultaneidad, en este caso, se produjo según el ritmo de las palabras y los colores. Estas experiencias prosiguieron cuando realizó con el poeta chileno Vicente Huidobro un “poema-vestido” que llevaba bordado el verso: “Pequeña canción para abrigar el corazón”.
Durante la primera guerra mundial, Sonia vivió entre España y Portugal. Abrió en Madrid su tienda de modas y de diseño de interiores llamada “Casa Sonia”. Conoció a Serguei Diáguilev quien la instó a diseñar los trajes del Ballet Ruso. De regreso a París, creó, a partir de 1923, tejidos basados en sus “diseños simultáneos” que serán el distintivo de su “Maison Sonia” inaugurada en 1925. Pese al cierre de la tienda cuatro años después debido a la fuerte crisis económica, ella siguió diseñando hasta los años cincuenta y nunca dejó de pintar. Participó en importantes exposiciones y creó una obra que la identifica como colorista y una excelente representante del arte moderno del siglo XX.