"El séptimo sello" de Ingmar Bergman
Por Álvaro Mata
Quizá sea El séptimo sello la película más recordada del director sueco Ingmar Bergman, pieza fundamental de la cinematografía mundial del siglo XX. Su historia se ambienta en la Edad Media. Antonius Block, encarnado por el inolvidable Max von Sydow, vuelve a su natal Suecia luego de pelear durante 10 años en una de las tantas Cruzadas que el hombre ha acometido. En su terruño, y en toda Europa, la peste negra está aniquilando a la población, y él no es la excepción, pues en los primeros minutos del film se le aparece la figura de la Muerte, pálida faz y capa negra, para llevarlo consigo. Su tiempo ha sido cumplido.
El caballero cruzado le propone a la Muerte jugar una partida de ajedrez para así prolongar el definitivo viaje. Con esta propuesta, busca ganar tiempo para intentar responderse algunas preguntas fundamentales sobre la vida: ¿Qué es la fe? ¿Existe Dios? ¿Qué hay después de la muerte? ¿Sólo la nada? En fin, las cuestiones ineludibles que todo ser humano se plantea alguna vez.
A lo largo de su periplo por la apestada Suecia, seguimos de cerca la crisis existencial de Antonius Block. Pero un episodio en particular es de notoria importancia: el de su encuentro con la caravana del alucinado juglar, su bella esposa y el hermoso bebé de la pareja. Con esta troupe, el caballero Block halla por fin el tan necesario sosiego a sus cuitas, y en contacto con ellos, mientras beben de un mismo cuenco de fresca leche y comen algunas fresas silvestres, su drama ontológico se apacigua.
Compartiendo la amistad de la humilde y alegre familia, qué irreales le parecen sus tormentos —se dice—, pierden su importancia, aparece prodigiosa la sonrisa en su rostro y encuentra la paz: “Me bastará este recuerdo como una revelación”, comenta antes de alejarse del grupo.
En El séptimo sello, Ingmar Bergman plasmó a través de una sencilla y universal metáfora su método para vivir la vida. Así, el arte que encarna el juglar, la belleza de su mujer y la amistad que ambos le brindan son los dones necesarios para celebrar el milagro de estar vivos. “Hasta que se abra el séptimo sello y se haga el silencio en el cielo...”.